Los 2.200 millones de dólares (1.580 milllones de euros) se han quedado en 119,6 (85,5). Y la petición de bloquear las ventas de móviles Samsung en Estados Unidos, en nada. Y lo peor de todo, el Tribunal de San José (California), próximo a la sede de Apple, ha certificado que la compañía norteamericana, emblema de la orginalidad y de la vanguardia tecnológica, ha copiado a Samsung (aunque, realmente, menos que la coreana a la americana).
El gran culebrón de la demanda de Apple contra Samsung, presentada en ese tribunal californiano en el verano de 2012, finalizó el lunes, aunque su particular combate sobre patentes continuará en otros países. De momento, han fracasado todas las reuniones entre los dirigentes de ambas firmas.
Un jurado popular de San José ratificó el lunes que la compensación definitiva que la firma coreana debe pagar a Apple por infringir tres de sus patentes será de 85,5 millones de euros, lejos de los 1.580 millones que reclamaba la empresa americana en el comienzo de la vista, que ha durado un mes.
El viernes, el jurado ya había cifrado en 85,4 millones la compensación por infringir tres de las cinco patentes que reclamaba Apple, pero la acusación argumentó que los miembros del jurado habían cometido un error técnico en el cálculo económico de los daños y perjuicios ocasionados a su marca.
La juez Lucy Koh obligó al jurado a volver a reunirse el lunes —había estado tres días para llegar a un acuerdo— y resolver la cuestión. Esta vez, le llevó poco tiempo al jurado: subió la recompensa por unos móviles Galaxy S2, bajó la de otros y todo quedó igual que el viernes.
Margarita Palmada, de 69 años de edad —profesora de español, jubilada de una escuela secundaria—, uno de los ocho miembros del jurado (todo, menos uno, sin conocimientos tecnológicos), declaró tras el dictamen que hubiera deseado que las dos partes hubieran sido capaces de resolver sus problemas sin recurrir a los tribunales. “Hubiera sido mucho más fácil para todos los involucrados”.
Palmada contó que algunos miembros del jurado estaban inicialmente a favor de una mayor compensación a Apple, pero luego se llegó a un veredicto de consenso, lo que da a entender que otros miembros también deseaban una menor multa.
En verano de 2012, el jurado concedió al fabricante del iPhone una compensación de 930 millones de dólares (668 millones de euros), pero no la prohibición de vender móviles Samsung en EE UU. La firma coreana reclamó por un mal cálculo de la recompensa y posteriormente la juez Koh rebajó a la tercera parte la cantidad. Después, Apple agregó a la causa cinco patentes que no estaban en el juicio.
Samsung ha emitido un comunicado en el que se felicita por la decisión del jurado de rechazar “las exageradas reclamaciones de Apple”. “Aunque estamos disgustados por los infringimientos de patentes, reivindicamos que por segunda vez en Estados Unidos, Apple es culpable de infringir patentes nuestras. Es nuestra larga historia de innovación y compromiso hacia el consumidor, lo que nos ha conducido a ser líderes en la industria del móvil”.
Si alguien piensa que con el juicio de San José se acaba la batalla entre Apple y Samsung es que no conoce el testamento de Steve Jobs, cuando declaró una guerra nuclear contra Android, por considerarlo la gran amenaza al futuro de Apple.
Es precisamente el sistema operativo para móviles creado por Google a quien el jurado de San José ha dirigido sus dardos: “Si Apple cree que Android viola su tecnología, debe dirigir sus litigios contra Google, y no contra los fabricantes de teléfonos”. La idea está servida.
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