Microsoft quiere dejar espacio para favorecer la implantación de Windows 8 y evitar que Windows 7 pueda convertirse en un nuevo Windows XP. Por ello dejará de suministrar a los fabricantes de equipos copias de Windows 7 el 31 de octubre de este año.
Lo dicho supone que a partir del 31 de octubre de este año 2014 los fabricantes de equipos, también conocidos como OEMs, ya no recibirán nuevas copias de Windows 7 en sus versiones Home Basic, Home Premium y Ultimate, con todo lo que ello conlleva, aunque parece que la versión Professional todavía se mantendrán un poco más.
De esta forma los fabricantes sólo podrán seguir comercializando equipos con Windows 7 hasta que terminen de limpiar su stock, lo que supone que la disponibilidad de PCs y portátiles con dicho sistema operativo dependerá del stock que haya acumulado concretamente cada fabricante.
Obviamente esto no significa que Microsoft vaya a dar de lado a Windows 7, ya que a pesar de que el fin de soporte oficial de Windows 7 se producirá 21 de enero de 2015 entrará en lo que se conoce como soporte extendido.
Así, con el soporte extendido las actualizaciones para Windows 7 se centrarán en seguridad y corrección de errores, siendo su duración total de cinco años, lo que significa que llegará hasta 2020.
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